Música en vivo en el Roncierto Brugal, en el teatro la Fiesta del Jaragua, en Jet Set y otros lugares.

SANTO DOMINGO. Johnny Ventura, Roberto del Castillo, Brenda Sánchez y Michael Miguel, pidieron que se encendieran las luces del Faro a Colón, y un haz doble de luz se alzó sobre el cielo. Comenzó el conteo regresivo y, entre música, algarabía y muchos latidos de corazón, llegó el ansiado 2010. "¡¡¡Felicidadeeeess!!!".
El Roncierto Brugal, en la plazoleta frontal del Faro a Colón, regaló a los capitaleños la despedida, a ritmo de música del nefasto 'año del narcotráfico' y la llegada del esperanzador año con que se inicia la segunda década del milenio.El gran espectáculo, cuyos culpables directos son Ángel Duvergé y Amable Valenzuela, con la dirección para televisión de Rafelito Taveras, comenzó con El Hombre Espectáculo: El Jeffrey, quien con un recorrido por sus temas más populares, y la inclusión de un "homenaje a Joseíto Mateo", en una sabia incursión por el merengue más clásico, ofreció una producción apoyada con fuegos de artificio, bailarinas, imágenes de archivo en pantalla led y sobre todo su capacidad histriónica para 'interpretar' lo que canta con su chorro de voz.
"Palabritas", "Pobre diablo", "Otra noche", "No me vuelvo a enamorar", "Bamboleo", "Soñar", "Los algodones", "Mi tierra" (donde salieron las bailarinas con la bandera dominicana para un cierre con todas las de la ley) pero tuvo que seguir con par de temas más, hasta que llegara El Caballo: "Un cariño nuevo" y "Voy a ser grande".
El Caballo rejuvenecido con el mejor álbum de la temporada navideña, y nuevos aires en los ritmos, entró con "Salsa pa' tu lechón" y siguió con "Año nuevo", cantada justo en el paso del 2009 al 2010; "El vecino está borracho"; "Matilda"; "Patacón pisao"; luego llamó a su hijo Jandy quien cantó "La almohada" y Roberto del Castillo hizo "La competencia". La noche antes Ventura había cantado hasta las 4 de la mañana en Las Vegas de Santiago, junto a Fernandito Villalona, donde quedaron 300 personas fuera que no pudieron entrar.
Allí estuvieron más tarde -eran previamente entrevistados por Jary Ramírez- Luis Vargas, Raulín Rosendo, Los Hermanos Rosario, Toño Rosario y finalmente Omega, que subió a las 5:40 de la madrugada y que bajó al público a recibir el sol junto a sus seguidores.
El concierto, que duró 11 horas y contó con una organización excelente y una disciplina ejemplar, fue un mentís claro a quienes se oponían a su realización en el Faro a Colón.
Otras propuestas
Toño Rosario era quien estaba en escena, cuando DL continuó su recorrido de madrugada por el teatro La Fiesta del hotel Jaragua. Ataviado con un traje caro y elegante, cantaba sus temas, cuando una mujer le lanzó en más de tres ocasiones sus pantys a escena. A Toño aquello, como a otros, le pareció una grosería. "Es por ti", le decía ella. Y él cantaba y se movía en escena, el público bailaba y se respiraba un ambiente indiscutiblemente festivo. Toño, después, en el Roncierto, presentó otro vestuario: de negro con rojo, a lo Michael Jackson, con un gran cinturón y conjunto pegado al cuerpo.
Detrás de Toño, le siguió Johnny Ventura en "El bombazo musical de fin de año", donde antes había estado Luis Miguel del Amargue y fue cerrado por Omega. La producción fue de Mon Lluberes y Cesarito Suárez.
En la discoteca Platinum, donde había buen público, había música grabada, mientras gran cantidad de público esperó el 2010 en la confluencia de la Máximo Gómez y el Malecón, en una producción televisada por Telemicro.
En la discoteca Jet Set, a la llegada de DL, El Chaval entregaba sus bachatas, entre ellos el tema "Quién me mandó", un tema que suena en la radio por estos días; así como "Lo que tú pides", "Estoy perdido" y su ya clásico "Dónde están esos amigos". Tras el bachatero santiaguero subió a escena su amigo Alex Bueno, con quien grabará a dúo próximamente, según informaron a este periódico.
Alex Bueno, sobrio y revitalizado, abrió con un homenaje a Luis Díaz "Gigante" y luego hizo "Quién te riza el pelo", la salsa "Jardín prohibido", el bolero de Roberto Angleró "La pared"; "Entre tu amor y mi amor" (bolero); "Colegiala" y "Yemayá". De regreso, la Lincoln estaba cerrada a los vehículos y a las 11 de la mañana aún habían quienes festejaban.
De Alfonso Quiñones

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